reflejo

yo sé que no:
una línea en el horizonte no es un ojo.
pero es fácil
una línea es una línea.
agregale la dulzura de unas pestañas
el color de un atardecer
y tendrás ese ojo.
abrirlo es como abrir la mano.
descubrirás
que en ese ojo abierto podés reflejar tu cara
tirarte de cabeza y mojarte entero
podés cerrarlo y abrirlo como a tu mano
podrás
- si te lo propones -
enroscarle una lagrima en un ángulo.
lo que nunca harás es que vea
hacerlo ver.
a ese ojo lo insulté
le metí una paloma adentro para que lo pinche
le hice un hijo y dos lunares pero
no pude hacerlo ver.
ahora
ciego el horizonte
tuerto el sol
logró que los atardeceres me hagan llorar.
me entristece con mi reflejo en el contorno
de ese océano pardo
sin la posibilidad de que vea
de que realmente pueda ver
mi rostro tan arrepentido.







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