cortarse y ver salir sangre
no se parece en nada a nacer
aunque la sangre brote
y la palabra brotar me represente a un niño naciendo,
a un niño saliendo de cabeza al mundo.
no todos salimos de cabeza al mundo.
los hombros eran de neón o como mucho de estaño,
lo importante es que esos hombros
(malditos)
pequeños y malditos
me dejaron ciego.
con los ojos quemados y embobado por lo que sigue
(o sea los brazos, la espalda, el esternón)
ahora todos me escuchan decir
(y a nadie le importa si me corté o si sangré)
decir mi nombre.
brotar mi nombre.
pero escuchan el tuyo
como una sombra pegadita a mi corazón
siempre escuchan el tuyo.
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