cuenco

cuelga leve de mis sobacos la esperanza,
pronto, sospecho tristemente,
caerá de boca sobre el cuenco
que le reservé a mis amigos.

el vino ayuda o me está ayudando
-mientras lo vomito secretamente-
a que al menos hoy
por debajo de los sobacos y siempre leve
muy leve
cuelgue la esperanza y no caiga
tan prematuramente y de noche
de boca sobre ese cuenco.

solo sé que muerto sería feliz yo sólo.

es por eso y sólo por eso
que no le meto a mi alma adentro un filo
alguna herramienta oxidada o algo que le haga peso y
caiga lenta desanudando mis venas como si fuesen
un lienzo o el cordón de mis zapatillas.

si muero y encuentran la pregunta
de mi cuerpo atornillado a la existencia
mi gesto permanente les va a manifestar que esa idea
leve idea de suicidarme
no era torpe como decían algunos
sino una respuesta afirmativa.

pero no creo que nadie me encuentre
ni que ninguno de mis amigos asome
por lo menos una vez o de casualidad
su mano adentro de ese recipiente donde yacerá pronto
vacía como una cucaracha que explora los azulejos
la esperanza que ahora cuelga leve
bien leve
bajo mis sobacos.








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