cuando la realidad sobrepasa los limites
que el lenguaje brinda como horizonte
las zapatillas van de la mano y
los árboles se contagian gorriones.
la vereda
-con su colección de folletos y colillas-
tose tísica por sus bocas de tormenta y toda
¡toda ésta parva de objetos!
que cuando despierto me asechan
esperan a que duerma para luego
con la paciencia que trasmite un televisor apagado
violarme en mis pesadillas.
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